Relieve Chileno

Relieve Chileno



Fue a fines del período Terciario Superior o comienzos del Pleistoceno, que emergieron la Cordillera de los Andes y la Cordillera de la Costa, por la acción de los plegamientos y fallas ocurridas sobre la superficie, quedando un hundimiento o Depresión Intermedia entre ambos sistemas montañosos.

Y son éstos, los tres rasgos fundamentales que caracterizan el relieve de Chile en un sentido
longitudinal. Por cambios importantes del nivel de los océanos y de los movimientos de las masas continentales, se registraron avances y retrocesos sucesivos de las aguas marinas, lo que originó la formación de las terrazas litorales que se presentan entre la Cordillera de la Costa y el litoral.

Posteriormente, en el período cuaternario, los glaciares, que afectaron a todo el planeta dieron origen al desmembrado relieve que hoy tiene Chile en el extremo sur.
Son las fuerzas de la naturaleza, las que a través de los siglos han generado las principales características de nuestro territorio: un relieve accidentado y montañoso, no más de un 20 por ciento de su superficie es plana y su división en cuatro franjas longitudinales: planicies costeras o litorales; Cordillera de la Costa; Depresión Intermedia y Cordillera de los Andes.

1.- La cordillera de los Andes

La columna vertebral del relieve de Chile es la Cordillera de los Andes, la mayor cadena montañosa de la Tierra. Nace en la Guajira colombo-venezolana en el río Atrato y muere en el Cabo de Hornos, para reaparecer en la Antártica con el nombre de Antartandes. De los 9 mil kilómetros de largo que tiene la Cordillera de los Andes, 4 mil 600 corresponden a Chile, los que han sido divididos en cuatro tramos según sus variaciones: el norte, desde el límite con el Perú hasta el cerro Tupungato al monte Tronador (frente al Lago de Todos los Santos); sur, desde el Tronador al Cabo de Hornos y por último los Antartandes. En el Norte Grande se encuentra la parte más alta y ancha de la cordillera, con imponentes volcanes cuyas cumbres alcanzan alturas superiores a los 6 mil metros (Parinacota, Licancaur, Guallatiri, Llullaillaco, Socomba). Hacia la frontera con Perú y Bolivia está el altiplano, que como su nombre lo indica, es una meseta con una altura. Sobrepasa los cuatro mil metros. Más al sur, el Nevado de Tres Cruces y el Ojos del Salado se elevan hasta los 7 mil metros, siendo este último la cumbre más alta de los Andes chilenos. En el Norte Chico se desprenden de la cordillera Cordones Transversales que avanzan por la depresión intermedia como verdaderos brazos que se extienden hacia la cordillera de la Costa.

En el centro, el macizo cordillerano comienza a descender, desde más de cuatro mil metros, frente a Puerto Montt. De norte a sur, algunas de las más alta cumbres son volcanes, como el Maipo, el Peteroa, el Descabezado Grande, el Descabezado Chico, el Chillán, el Antuco y el Lonquimay.
En la zona de Los Lagos se encuentran los volcanes Villarrica, Puyehue y Osorno. Y luego en la zona de los Canales, la cordillera es más baja y desgastada por los hielos y muchas veces cortada por fiordos, y canales, como sucede en el Estrecho de Magallanes. Al sur del Cabo de Hornos, los Andes se sumergen en el Océano Pacífico para reaparecer en la península de la Tierra de O'Higgins en la Antártica Chilena, con el nombre de Antartandes o Andes Antárticos. Aunque desde el punto de vista humano, la Cordillera de los Andes es un territorio hostil, de difícil ocupación, ofrece en cambio las más grandes riquezas mineras del país. En ella se encuentran los principales centros productores de cobre: Chuquicamata, El Salvador, Andina, Disputada y El Teniente; el azufre de Tacora; el yeso en El Volcán y grandes yacimientos de hierro en el Norte Grande que aún no se han explotado. Se trata también de la fuente de energía eléctrica fundamental de Chile y de donde llega el agua potable para los grandes centros urbanos. Como también, la cordillera actúa como biombo climático, intensificando las precipitaciones en las zonas altas del país. Es una fuente de salud por sus numerosas termas y centro de atracción turística por sus canchas de esquí y su belleza.

2.- La depresión intermedia


Desde el límite norte de nuestro país, hasta el ceno de Reloncaví se extiende entre ambas cordilleras, esta faja de relieve más o menos plana, que llamamos Depresión Intermedia. Es en ella donde se encuentran las más grandes ciudades del país, y por lo tanto la mayor parte de la población chilena. En el norte, la Depresión Intermedia corresponde a una planicie desértica, cuya altura va disminuyendo hacia el sur, interrumpidas por quebradas que dan origen a las pampas. La más importante es la Pampa del Tamarugal, entre la quebrada de Tana y el río Loa. Luego, al sur la meseta toma el nombre de Desierto de Atacama.

En el Norte Chico la Depresión está interrumpida, pues cordones montañosos transversales se desprenden de la cadena andina y constituyen los Valles Transversales regados por los ríos Copiapó, Huasco, Limarí, Elqui, Choapa y Aconcagua. Al sur el último cordón transversal, el de Chacabuco, se extiende nuevamente la Depresión Intermedia, formando las cuencas de Santiago y Rancagua que se cierran en las angosturas de Paine y Pelequén. En adelante, la Depresión Intermedia, se abre, formando el Valle Longitudinal, que se desarrolla sin interrupciones hasta el río Itata. Al sur del Puerto Montt la Depresión desaparece bajo las aguas del Ceno de Reloncaví dando origen a una serie de golfos, canales, penínsulas y archipiélagos.

3.- La Cordillera de la Costa


A diferencia de la Cordillera de los Andes, que es patrimonio de varios países americanos, la Cordillera de la Costa es un rasgo físico propio de nuestro país. Se extiende desde 20 kilómetros al sur e Arica, hasta la península de Taitao. Es más baja que la Cordillera de los Andes por estar desgastada por la erosión.
Esta cordillera debe su nombre al hecho de desarrollarse casi pegada al litoral chileno, Entre ella y el mar están las planicies costeras, donde se ubican nuestro principales puertos, como Valparaíso, San Antonio, Antofagasta, Coquimbo, Talcahuano. En el Norte Grande, la Cordillera de la Costa tiene un ancho medio de 50 kilómetros, con alturas superiores a 2 mil metros. Allí da lugar a algunas depresiones cubiertas de depósitos de sal, que se denominan salares.

En el Norte Chico, prácticamente no hay Cordillera de la Costa por la presencia de los
Valles Transversales. En Chile Central se manifiesta con alturas considerables, como los cerros Cantillana (2.318 metros) y Roble (2.222 metros). Esto dificulta la comunicación entre la costa y las ciudades del interior del país, como el caso de Santiago con Valparaíso. Para subsanar esta situación se han tenido que construir caminos por altas cuestas o túneles, como el de Lo Prado. Al sur del río Rapel, la Cordillera de la Costa se deprime, sin alcanzar siquiera los mil metros; pero al sur del río Maule retoma una altura considerable. Lo mismo ocurre al sur del Biobío, donde se alza a los 1.400 metros, formando la Cordillera de Nahuelbuta, rica en bosques. Esta deja, frente al Golfo de Arauco, una extensa planicie costera cuyo subsuelo y plataforma continental contigua, poseen grandes recursos carboníferos.

Al sur del río Bueno recibe el nombre de Cordillera Pelada, con 600 metros de altura media, y en la parte occidental de la isla de Chiloé toma el nombre de Cordillera de Piuché. Luego se manifiesta nuevamente en las islas Guaitecas y en el archipiélago de Chonos, desapareciendo en el oeste de la península de Taitao.
Desde el punto de vista económico, la Cordillera de la Costa tiene importancia por sus minerales en el Norte Grande, destacándose el salitre y el cobre y en el Norte Chico, el hierro. Actúa también como un biombo, frente a la acción del mar, generando microclimas favorables para el cultivo agrícola.

4.- Planicies costeras


Entre la Cordillera de la Costa y el mar se observan las planicies costeras de ancho variable de una zona a otra del país. Es en ella donde se localizan los grandes puertos: sirven también de vías de comunicación al pasar por ellas un largo trecho de la Carretera Panamericana. Son un centro agrícola de secano y tienen importancia en la minería del carbón, principalmente en el Golfo de Arauco. Las planicies costeras son el resultado de la erosión y sedimentación marina sobre el borde occidental de la Cordillera de la Costa, especialmente en épocas geológicas pasadas cuando las aguas alcanzaban mayor nivel que el actual, dejando en su retirada un característico relieve de terrazas. Frente a La Serena existen cinco terrazas escalonadas fácilmente perceptibles. Entre Iquique y Tocopilla, las planicies se presentan en forma muy delgada. Entre Mejillones y Antofagasta adquieren mayor significación. Más al sur se van ensanchando hasta tomar notables dimensiones en las desembocaduras de los ríos Maipo y Rapel. Hay sectores en que la Cordillera de la Costa se acerca notablemente al mar hasta absorber la cinta de planicies costeras. Un extenso litoral El litoral chileno, medido a lo largo de todos sus contornos, incluyendo las riberas de las islas mayores, supera los 9 mil 600 kilómetros, lo que equivale a 1,6 kilómetro de costa por cada 77,32 kilómetros de superficie.

Esta proporción es sin duda excepcional y coloca a Chile entre los países mejor dotados para relacionarse con el exterior y para su propia vialidad interna.
El litoral continental, desde Arica hasta las islas Diego Ramírez con un largo aproximado de 4.329 kilómetros se divide básicamente en dos sectores: uno parejo y el otro desmembrado. Desde Arica al canal de Chacao, la costa es pareja, con una extensión de 2.600 kilómetros. Por lo general es alta y poco accidentada y por ello tiene pocas bahías. Algunos puertos como Arica, Antofagasta y Valparaíso, han debido habilitarse con costosas obras de ingeniería por las malas condiciones naturales. En esta parte de la costa chilena hay muy pocas islas: la isla Quiriquina, en la entrada de la bahía de Talcahuano; la isla Santa María, frente a Coronel; y la isla Mocha, frente a las costas de Arauco. Desde el Canal de Chacao hasta las islas Diego Ramírez, se extiende la costa desmembrada por la acción de los hielos y de las aguas marinas. Con una extensión de 1.600 kilómetros presenta innumerables accidentes: los archipiélagos de Chiloé, de los Chonos, de las Guaitecas y Madre de Dios; innumerables islas, como la de Wellington, Tierra del Fuego y Navarino; penínsulas de Taitao y Brunswick; estrechos, como el de Magallanes; canales, como el de Messier y el Beagle; golfos, como el de Pena y numerosos islotes.

Aunque esta parte de la costa presenta buenas bahías naturales los puertos escasean, pues está casi despoblada por lo inhóspito del clima y su forma intrincada. Los principales puertos son Punta Arenas, que es el más importante del extremo sur y Puerto Williams en el canal de Beagle, que es el más austral del mundo.
Luego de la construcción del Canal de Panamá, el Estrecho de Magallanes y el paso Drake, rutas obligadas entre en Atlántico y el Pacífico perdieron importancia. Hoy nuevamente lo han recobrado, pues los enormes barcos petroleros, por su tamaño, no pueden cruzar por el Canal de Panamá.

* Tierra de volcanes
: Chile es un país de temblores y también cada cierto tiempo de terremotos. El origen de estos sismos pude estar vinculado al volcanismo o a las fallas o fracturas del material rocoso en el interior de la tierra. El territorio chileno por su posición geográfica en el borde occidental del continente sudamericano y antártico, forma parte importante del llamado "Círculo de Fuego del Pacífico" y es una de las zonas tectónicas más activas de la Tierra. El Círculo de Fuego del Pacífico está formado por una cadena de volcanes que comprende Alaska, Canadá, Estados Unidos, México, América Central, Sudamérica, Antártica, Nueva Zelandia, Fidji, Filipinas, Japón, Kamtchatka y Aleutianas. La región andina es quizás una de las de mayor inestabilidad de la corteza, donde existe el mayor desnivel topográfico: alrededor de 15 mil metros, entre el fondo de la fosa oceánica Chile- Perú (8.00 m) y la cumbre de las cadenas volcánicas de los Andes (sobre 6.000 m). La actividad sísmica tiene aquí una alta concentración. Además es una zona activa de contactos entre placas oceánicas y continentales. Chile forma parte de la placa continental sudamericana y frente a nuestro país se encuentra la placa de Nazca, hacia el oeste de la fosa marina. El movimiento relativo de una placa respecto a la otra es causa importante de la sismicidad de nuestro territorio.

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